DESARROLLO


CONCEPTUALIZACIONES GENERALES

  • Agrotóxico Es un tóxico que se usa para la agricultura o para la ganadería. Muchos agricultores suelen decir: tengo una plaga, necesito un remedio y para la gente el remedio es algo bueno; pero en este caso, debemos entender que no es un remedio, es un tóxico.


  • Plaguicidas: Se llama plaguicida al conjunto de sustancias químicas, orgánicas o inorgánicas, o sub. sustancias naturales que se utilizan para combatir plagas o vegetales. Se emplean para eliminar insectos, ácaros, hongos, roedores, caracoles, gusanos, etc. También se usan como defoliantes, desecantes, agentes para reducir la densidad, evitar la caída y/o deterioro de las frutas, entre otros. Entre los más comunes se encuentran los insecticidas, fungicidas, rodenticidas (atacan roedores), herbicidas, desinfectantes, esterilizantes de huevecillos y muchos más.

Antiguamente, los agricultores combatían las plagas de forma natural. Hoy en día, para “proteger a los cultivos”, muchos agricultores emplean sustancias que dañan al medio ambiente y la salud humana.
Los químicos utilizados en los cultivos envenenan el suelo, mismo que pierde la capacidad de regenerarse. Después de un tiempo, la tierra se “cansa” y deja de ser fértil. Contaminan también el agua, que posteriormente es consumida por animales y humanos.

Sustancias utilizadas para las fumigaciones:

  • Fungicidas: Son sustancias químicas que sirven para destruir o evitar el desarrollo de los hongos que causan enfermedades en las plantar y son altamente tóxicos. Se usan en la industria, agricultura, jardín y hogar, para protección de las semillas de grano durante su almacenamiento, transportación y germinación, para la protección de los cultivos maduros, de las fresas, los semilleros, flores e hierbas silvestres. Se aplican mediante rociado, pulverizados, por revestimientos o fumigación.

El potencial que tienen para causar daños en humanos varía enormemente. Aunque se ha considerado que los fungicidas son menos dañinos que los insecticidas, sin embargo muchos países están prohibidos algunos de ellos.
La agricultura industrial de la soja es sinónimo de desmontes, gravísimos deterioros de los suelos, contaminación generalizada y en partículas de las fuentes y reservorio y de los agros ecosistemas, destrucción de la biodiversidad y expulsión masiva de poblaciones rurales.
Las consecuencias del uso intensivo de agrotóxicos para los cultivos de soja transgénica han provocado innumerables problemas para el medio ambiente y la salud humana, aumentando el número de enfermedades cancerígenas, mal formaciones congénitas, lupus, artritis, púrpura, problemas renales, respiratorios y alergias varias.

  • Insecticida: Es un compuesto químicos utilizado para matar insectos, mediante la inhibición de enzimas vitales. Los insecticidas tienen importancia para el control de plagar de insectos en la apicultura o para eliminar todos aquellos que afectan la salud humana y animal. Se le dice insecto a todo bicho que camina pero no lo son, por ejemplo, hoy una de las plagas más grandes en la soja son los caracoles y las babosas que son moluscos, sin embargo se dice utilizar “insecticidas” cuando se deberían llamar “molusquicidas”. Otra plaga que también es nueva que ha dado lugar el sistema de siembra directa ya sea de soja o maíz, es el bicho bolita, que tampoco es un insecto, es un crustáceo. Todos estos agrotóxicos se denominan insecticidas. Se usan sólo cuando aparece una plaga.

Con respecto a los insecticidas, hoy se está utilizando para la soja un nuevo grupo que en principio parecían los más seguros: los Piretroides. La flor crisantemo produce un insecticida natural que es el piretro. Cuando se sintetiza la molécula se crean lo Piretroides. Hay una gran variedad y se están usando en gran cantidad en la soja, pero hoy se tiene certeza que no son tan seguros como se creía. También como insecticida se usa el Endosulfán que es un clorado. Esta droga se ha encontrado en el grano de la Soja Solidaria que se reparte en los comedores de nuestro país. El Endosulfán se usa sobre todo para combatir las orugas.

  • Herbicidas: Son compuestos diseñados para matar o lesionar a tipos específicos de plantas no deseadas (malezas) en un cultivo determinado. Su función es bastante selectiva, afectando principalmente al crecimiento o viabilidad de la planta. Hay distintos tipos: para hoja ancha; para hoja angosta; herbicidas totales (ejemplo: glifosato, mata todo lo que tenga clorofila); hormonal y de contacto. El más utilizado a nivel mundial y nacional es el herbicida glifosato para la soja que es la que más se pulveriza. En Argentina se calcula que estamos usando 180 millones de litros. Tenemos más de una docena de pequeñas formuladoras de glifosato que generalmente es importado de China. Esa droga la dosifican y le agregan adherentes para que cuando se pulverice se pegue a la hoja, para que se distribuya mejor usan una especie de detergentes y para que sea más eficiente en la absorción de la planta se le agregan algunos compuestos. El glifosato puro, de acuerdo a los manuales y registros, se clasifica como inofensivo para el hombre. Sin embargo, cuando se formula, se le agregan adherentes y empiezan los problemas. Entonces hay que diferenciar el glifosato puro que nadie usa y el glifosato formulado que es el que se usa normalmente. En estado puro sería imposible de usar ya que siempre hay que diluirlo y para que sea eficiente se usan estos agregados. Entonces, es casi imposible definir qué es lo que se está usando. Además, el glifosato no es selectivo. Hay herbicidas que son hormonales como el 2-4 D que sirve para hoja fina, al trigo no le hace nada pero mata lo que sea hoja ancha, es decir, tiene un sistema de trabajo que penetra en la planta a través de las hojas anchas y no afecta a las hojas finas como el trigo o el pasto. Ese sería selectivo, en cambio el glifosato no es selectivo, mata todo lo verde. Las Soja RR de la transnacional Monsanto es resistente al glifosato porque tiene un sistema que puentea la acción.


Expansión del monocultivo de soja transgénica en Argentina

En la última década se ha producido un incremento notable en la producción de granos, alcanzando una cifra record de producción de 47 millones de toneladas de soja en la campaña 2006/2007, con una superficie de 16,1 millones de hectáreas sembradas. El avance de la frontera agropecuaria en las regiones del Norte de Argentina se ha producido casi exclusivamente por el protagonismo alcanzado por la producción de soja, que cubre en la actualidad más del 50% de la superficie agrícola.
El punto de inflexión, generador de los cambios señalados, se dio en la campaña
1996/97, cuando se liberó al medio para su siembra la soja transgénica tolerante a glifosato, situación que facilitó en combinación con la difusión de la siembra directa, la expansión del área bajo cultivo con esta oleaginosa y como consecuencia de la producción, posicionó a la República Argentina como el tercer productor mundial de grano. En la utilización de insumos agropecuarios, Argentina tuvo un trato preferencial por la transnacional Monsanto quien permitió no sólo que plantara su soja Roundup Ready sin pedir regalías durante más de una década favoreciendo su expansión, sino que también subsidió la venta de su herbicida Roundup, lo cual fomento el incremento del uso del glifosato de 28 millones de litros en el período 1996/1997 a más de 180 millones en la actualidad.

Soportes para la aplicación de agrotóxicos

El más tradicional era la famosa mochila o incluso la maquinita con un pistón que va pulverizando. En la actualidad están reducidos a tres: el avión, los mosquitos o máquinas autopropulsadas y las máquinas de arrastre.
Normalmente los productos se aplican en forma de líquidos. Con respecto a esto, hay una expresión incorrecta cuando se usa la palabra fumigar ya que viene de fumo –humo- y ninguna de estas máquinas hacen humo sino que son pulverizadores. Cuánto más pequeña sea la gota ese rocío se asemeja a un aerosol y mayor es la posibilidad de deriva que es una de las características de la pulverización del avión.
A diferencia del mosquito y de las máquinas de arrastre, el avión usa gotas muy pequeñas por su capacidad limitada de depósito, entonces tira prácticamente droga pura. Si para pulverizar una hectárea se necesita echar un litro de insecticida x, el avión por hectárea echa 1 litro más 4 litros de agua, es decir 5 litros por hectárea. En cambio un mosquito tira el mismo litro de insecticida por hectárea pero disuelto en 30, 40 o 50 litros de agua y la máquina de arrastre usa por hectárea 1 litro disuelto en 100 litros de agua. Esto significa que hay menos peligro de deriva. Es decir, el avión no debería utilizarse cuando hay un mínimo viento porque la gota es tan pequeña que un simple viento la puede llevar a un campo vecino o sobre personas o casas. El equipo de arrastre es el más seguro porque la gota es más grande.

Además, en general para echar herbicidas no se recomienda el avión porque el secreto de un buen tratamiento es que la planta quede perfectamente cubierta por el herbicida, entonces cuanto más agua se usa es mejor. Por otro lado, el avión tiene limites de altura y hay pilotos que son suicidas que van a dos o tres metros de altura, entonces levantan vuelo en el extremo del campo y vuelven, pero se ve en las fotografías que el avión por inercia pasa el campo y si hay un pequeño viento el producto también lo pasa. Pero, es el avión el que más se usa porque es práctico y no tiene restricciones, por ejemplo cuando llueve aumentan las malezas y con una maquina de arrastre o mosquito no se puede entrar al campo por el barro.