Consecuencias

Consecuencias y Riesgos: SUBESTIMACIÓN DEL IMPACTO DE LA EXPOSICIÓN A AGROTÓXICOS SOBRE LA SALUD HUMANA:

Los agroquímicos son potencialmente peligrosos si no se utilizan adecuadamente. Ya se reportaron impactos sanitarios negativos, por ende se ha intentado promover alternativas precautorias.
La dispersión de los pesticidas en el aire produce impactos crónicos, ya sean exposiciones a altas dosis en una única exposición, como también muchas exposiciones con bajos niveles.
No se toma conciencia y se subestima el peligro de estos químicos. Puede traernos muchos problemas que afectan a nuestra salud y nuestra vida.
Los científicos no están brindando mucha información útil, pero ya han podido posibilitar el monitoreo de exposición pesticida en niños. Hoy en día todos los niños del planeta están expuestos a pesticidas, desde la concepción hasta la lactancia. Las consecuencias de dicha exposición pasa por lo muy leve hasta lo muy severo.
Nos estamos enfrentando a faltas técnicas de investigación, por lo que debería ser más riguroso para proteger la salud humana y ambiental. Ni las estrategias actuales ni las propuestas protegen la salud pública o el medio ambiente.
   Aunque toda la información existente no es suficiente para concluir que la exposición a pesticidas ocasiona cáncer, también sabemos que la ciencia nunca podrá probar más allá de toda duda posible que X ocasiona Y. En lo concerniente a sustancias tóxicas, humanos y ecosistemas, la complejidad es enorme, muchas herramientas importantes de la ciencia aún están en pleno desarrollo y siempre es más lo que no se sabe de lo que sí. Debemos admitir que quizás la ciencia nunca proveerá respuestas definitivas a las preguntas más importantes que nos hacemos. Pero aún así, como individuos y como sociedad humana, nosotros necesitamos respuestas. Al menos, leyendo estos análisis debemos decidir si queremos reducir nuestra exposición a pesticidas y cuestionar el pretendido derecho de los fabricantes de pesticidas a esparcir sus productos por nuestro suelo, agua, aire y alimentos.
Diversos estudios muy serios detectaron que la exposición a agroquímicos ha sido asociada con el incremento de riesgo de padecer ciertos tipos de cáncer entre granjeros y otros aplicadores de agroquímicos. También esto ha sido observado entre familias de trabajadores rurales y la población general viviendo en zonas agrícolaspese a que exposiciones específicas no fueron evaluadas en la mayoría de estudios.
   Mientras tanto, en la siguiente tabla les mostraremos las asociaciones entre distintos agroquímicos y diversos tipos de cáncer.
Plaguicida
Cáncer
ÁCIDOS FENOXIACÉTICOS (HERBICIDAS)
2,4-D, MCPA
Linfoma no-Hodgkin, sarcoma de tejidos blandos, carcinoma de próstata.
INSECTICIDAS ORGANOCLORADOS
Leucemia, linfoma no-Hodgkin, sarcoma de tejidos blandos, páncreas, pulmón, mamas.
INSECTICIDAS ORGANOFOSFORADOS
Linfoma no-Hodgkin, leucemia.
INSECTICIDAS ARSENICOSOS
Pulmón, piel.
HERBICIDAS TRIAZÍNICOS
Ovario.
  
NEUROTOXICIDAD  
   Es posible que la exposición crónica a agroquímicos contribuya a la creciente prevalencia en Occidente de trastorno de hiperactividad y déficit atencional, autismo y los problemas del comportamiento y el neuro-desarrollo asociados. Existe una exquisita sensibilidad embrionaria y fetal a cualquier perturbación tiroidea y suficiente evidencia de la exposición humana intrauterina a contaminantes que pueden interferir con la tiroides.
   Ya que es posible que jamás podamos vincular la exposición prenatal a una sustancia química específica con daños al proceso de neuro-desarrollo en humanos, deberían explorarse modelos alternativos en los cuales se hallan realizado asociaciones entre la exposición a una sustancia química específica o tipos de sustancias y dificultades en el desarrollo en animales de laboratorio, animales salvajes, y humanos.
La neurotoxicidad es definida como efectos adversos sobre la estructura o el funcionamiento del sistema nervioso central y/o periférico resultantes de la exposición a sustancias químicas. Las sustancias neurotóxicas pueden ocasionar cambios morfológicos que conducen a un daño generalizado en las células nerviosas, lesión a los axones, o destrucción de las vainas de mielina. Ya fue sumamente comprobado que la exposición a determinadas sustancias tóxicas de uso agrícola e industrial puede dañar el sistema nervioso, con los consiguientes daños neurológicos y conductuales. Los síntomas de neurotoxicidad incluyen debilidad muscular, pérdida de sensibilidad y control motor, temblores, alteraciones de la cognición y trastornos en el funcionamiento del sistema nervioso autónomo.   
   El sistema nervioso central (SNC) está compuesto por el cerebro y la médula espinal y es responsable de las funciones superiores del sistema nervioso (reflejos condicionados, aprendizaje, memoria, juicio y otras funciones de la mente). Las sustancias químicas tóxicas para el SNC pueden inducir confusión, fatiga, irritabilidad y otros cambios del comportamiento, así como también enfermedades cerebrales degenerativas (encefalopatía).
   El sistema nervioso periférico (SNP) incluye todos los nervios fuera del cerebro o la médula espinal. Estos nervios transportan información sensorial e impulsos motores. El daño a las fibras nerviosas del SNP puede alterar la comunicación entre el SNC y el resto del cuerpo. Las sustancias que afectan al SNP pueden ocasionar síntomas tales como debilidad en los miembros inferiores, parestesias y pérdida de coordinación. La exposición a estos tóxicos también puede desencadenar un amplio espectro de efectos adversos sobre el sistema nervioso. Puede alterar la propagación de los impulsos nerviosos o la actividad de los neurotransmisores y producir una disrupción en el mantenimiento de las vainas de mielina o la síntesis proteica.
A continuación detallaremos la neurotoxicidad que produce el agroquímico más utilizado y conocido en la provincia de Córdoba, el Glifosato (fertilizante que se emplea para la soja).
GLIFOSATO
   Pese a que la toxicidad del Glifosato no es característicamente neurotrópica, existen antecedentes de efectos adversos neurotóxicos ocasionados por el uso de herbicidas comerciales en base a este herbicida: Luego de un accidente por fumigación en Brasil, un hombre de 54 años de edad padeció un síndrome parkinsoniano cuyos síntomas comenzaron un mes después de la exposición (Barbosa, 2001) Por otro lado, el isobutano, “ingrediente inerte” en las fórmulas comerciales en base a glifosato, presenta una neta neurotoxicidad: Produce una depresión del sistema nervioso.
 DISRRUPCIÓN ENDÓCRINA
   A lo largo de las últimas décadas, acumulamos una gran cantidad de evidencias científicas que demuestran que algunas sustancias químicas presentes en los alimentos, el agua y el medioambiente pueden mimetizar a las hormonas y alterar el desarrollo de peces, pájaros y mamíferos, incluyendo su desarrollo sexual. En algunos casos, los efectos sobre la fauna salvaje fueron dramáticos: peces de sexo masculino expuestos al DDT y otros compuestos clorados desarrollaron órganos sexuales femeninos. Sabiendo que los seres humanos y los animales compartimos los mismos mecanismos básicos de crecimiento y desarrollo, cada vez son más los científicos preocupados ante la posibilidad de que los humanos ya puedan estar afectados sin reconocerlo.
   Algunos trastornos del desarrollo humano se ven en adultos descendientes de padres expuestos a disruptores hormonales sintéticos (agonistas y antagonistas) presentes en el medioambiente.  Actualmente, las concentraciones de varios agonistas y antagonistas hormonales sintéticos medidas en los tejidos de la población humana de grandes ciudades coinciden con los márgenes de dosis dentro de los cuales se constataron efectos en poblaciones de animales salvajes. Si la carga ambiental de disruptores endocrinos no es reducida y controlada, ésta puede generar disfunciones a gran escala en la población humana. El espectro y el potencial de daño a la fauna y a la población humana son enormes por la probabilidad de exposición repetida y/o constante a numerosas sustancias químicas disruptoras. Según los modelos de predicción actuales, los estrógenos y andrógenos tanto exógenos como endógenos pueden alterar el desarrollo de la función cerebral. Cualquier perturbación del sistema endocrino de un organismo en desarrollo puede generarle efectos irreversibles. Por ejemplo, muchas características relacionadas con el sexo son determinadas hormonalmente durante un limitado período de tiempo en las etapas iniciales del desarrollo y pueden ser alteradas por cambios mínimos en el equilibrio hormonal. La evidencia indica que los caracteres ligados al sexo pueden ser irreversibles una vez que han sido fijados. Pero además, existen tres razones por las que todavía estas predicciones están sujetas a una gran incertidumbre: Los efectos de la exposición humana no se comprenden adecuadamente, especialmente los de la exposición de embriones; existen datos sobre problemas reproductivos en la fauna salvaje, pero no información suficiente sobre trastornos del comportamiento; y no se conoce certeramente la potencia de muchas sustancias estrogénicas sintéticas (y todavía existe controversia respecto de la de otras de origen  natural)
   
Posibles efectos sobre la salud humana de los disruptores endocrinos:
Mujeres
Hijas
Hijos
Hombres
-Cáncer de mama
-Endometriosis
-Muerte embrionaria y fetal
-Malformaciones en la descendencia
-Pubertad precoz
-Cáncer vaginal
-Mayor incidencia de cánceres.
-Deformaciones en órganos reproductivos.
-Problemas en el desarrollo del sistema nervioso central
-Bajo peso de nacimiento
-Hiperactividad
-Problemas de aprendizaje
-Disminución del coeficiente de inteligencia y de la comprensión lectora
-Criptorquidia o no descenso testicular.
-Hipospadias
-Reducción del recuento espermático
-Disminución del nivel de testosterona
-Problemas en el desarrollo del sistema nervioso central
-Bajo peso de nacimiento
-Hiperactividad
-Problemas de aprendizaje
-Disminución del coeficiente de inteligencia y de la comprensión lectora
-Cáncer de testículo
-Cáncer de próstata
-Reducción del recuento espermático
-Reducción de calidad del esperma
-Disminución del nivel de testosterona
-Modificación de la concentración de hormonas tiroideas
    


Las consecuencias del uso intensivo de los agrotóxicos para los cultivos de soja transgénica han provocado innumerables problemas para el medio ambiente y la salud humana, aumentando el número de enfermedades cancerígenas, malformaciones congénitas, lupus, artritis, púrpura, problemas renales y respiratorios y alergias varias. Además, la ausencia de un plan ordenado de rotaciones en los cultivos trajo como consecuencia la erosión y degradación de los suelos. El señalado proceso adquiere mayor preocupación en zonas extra-pampeanas, en particular en las regiones del NOA y del NEA ya que no son aptas para este tipo de cultivos. Los problemas ambientales en dichas zonas son atribuibles en su totalidad a la expansión del monocultivo de la soja. Actualmente, en las zonas centro y sur de Santa Fe el 85% - 90% de la superficie esta cultivada con soja y se presentan problemas muy extendidos de degradación y erosión de suelos. En la zona central, la soja ha desplazado al tambo con el consiguiente efecto sobre la mano de obra ocupada. Un fenómeno similar ocurre en la parte norte de la provincia, con el desplazamiento del algodón por la soja. Por su parte en Córdoba, la soja representa del 80% al 85% del área cultivada con granos, por lo que su monocultivo se constituye en el principal problema, con el consiguiente efecto sobre la degradación del suelo. Otro conflicto que trae aparejado el monocultivo de soja es el despoblamiento del campo. Comunidades campesinas e indígenas debieron dejar sus tierras por falta de políticas públicas a favor de las pequeñas explotaciones. Según el Censo Nacional Agropecuario 2002, la cantidad de explotaciones agropecuarias cayó un –21% en todo el país, con un mayor peso en la región pampeana. El tamaño promedio creció de 469 ha en 1988 a 588 ha en 2002 (+25%) para el total del país. Las explotaciones de hasta 500 ha perdieron un 20% de superficie. A su vez, se observó una disminución de la cantidad de hectáreas explotadas por sus propietarios (-8.4 millones de ha) y un incremento de la superficie explotada bajo distintos tipos de contratos.

Efectos sobre la salud humana de la deriva de agroquímicos de aplicación aérea.
La deriva de pesticidas es inevitable cada vez que se fumiga. La magnitud de la deriva es máxima a partir de la fumigación aérea, en la cual típicamente se pierde hacia la deriva alrededor de un 40 % del pesticida aplicado. La deriva de aplicaciones aéreas rutinariamente es constatada a cientos de metros del sitio de aplicación, y puede llegar a varios kilómetros. Incluso la fumigación terrestre puede derivar a distancias considerables.
Los efectos de la deriva sobre la salud humana son difíciles de investigar, aunque existen varios estudios que documentaron problemas sanitarios vinculados a este tipo de exposición. La deriva ocurre en todo lugar y momento en los que se utilizan pesticidas mediante aplicación aérea. La magnitud de deriva puede variar entre un 5 y un 60 % aunque se estima que alrededor de un 40% de una aplicación aérea de pesticidas abandona el “área blanco”. Varios pesticidas de extenso uso se encuentran con frecuencia muy lejos del sitio de su aplicación y en concentraciones bastante mayores a los niveles de exposición aguda o crónica considerados “seguros” por las agencias reglamentadoras. Para que las agencias encargadas se responsabilicen de velar por la salud pública a través de una reducción y eliminación del uso de los pesticidas susceptibles a la dispersión en el aire, recordemos algunos hechos:
El movimiento de cualquier pesticida (insecticidas, herbicidas, fungicidas, etc.) por el aire lejos de su sitio de aplicación, se considera dispersión e incluye rocío, polvos, pesticidas volatilizados o en estado de vapor, y partículas del suelo contaminadas. A veces la dispersión es obvia porque toma la forma de una nube de gotitas o polvo durante la fumigación, o a veces se presenta como un olor desagradable después de la fumigación. A menudo es insidiosa, invisible e inodora, y puede persistir durante días, semanas o hasta meses después de la aplicación debido a que las sustancias químicas volátiles se evaporan y contaminan el aire.
La definición reglamentaria de la dispersión en el aire excluye entre el 80 y el 95% de la dispersión total de los pesticidas volátiles. El fallo más obvio en el proceso reglamentario para controlar la dispersión en el aire, es que utilizan una definición demasiado restringida sobre la dispersión de los pesticidas. Esta definición no incluye la dispersión en todas sus formas en el aire, y en algunos casos comprende menos del
5% del total de los pesticidas que son acarreados por el aire fuera del sitio de aplicación. Actualmente, definen la dispersión como el movimiento de los pesticidas en el aire a un sitio ajeno a su aplicación y que ocurre durante e inmediatamente después de su aplicación. Sin embargo, datos de monitoreo indican que en el 45% de los casos de los pesticidas aplicados en diversos países, la mayoría de la dispersión ocurre después de la aplicación, cuando los pesticidas se volatilizan (evaporan). Los datos de monitoreo demuestran que la concentración de los pesticidas en el aire alcanza su nivel máximo entre las ocho a 24 horas después de iniciarse la aplicación y después bajan tras un período de varios días hasta varias semanas.
A pesar de la necesidad de aplicar controles durante la fumigación para reducir la dispersión en el aire asociada con la aplicación de los pesticidas, estos no son suficientes para controlar la dispersión que ocurre después de aplicar pesticidas volátiles. Para encarar adecuadamente todos los efectos dañinos causados por la dispersión de los pesticidas en el aire, se debe regular la dispersión después de la aplicación tal como esta se regula durante la aplicación.


Diversas enfermedades crónicas están vinculadas con la deriva de pesticidas.

La patología aguda proveniente de la deriva no es fácil de soslayar, especialmente cuando involucra a comunidades y amplio número de trabajadores rurales. Pero la mayoría de consecuencias de la deriva de pesticidas es silenciosa, y desconocida para el público general. La mayoría de exposiciones a partir de deriva proviene del uso legal de pesticidas que no resulta en enfermedad aparente, conduciendo a falsas presunciones de seguridad. Los problemas de salud más preocupantes son efectos de largo plazo que no se evidencian hasta luego de meses o años demasiado tarde como para identificar la fuente o hacer algo respecto de la exposición.
Estos efectos crónicos incluyen el cáncer en niños y adultos, y problemas reproductivos y neurológicos, entre otros. La mayoría de estudios sobre efectos sanitarios crónicos de los pesticidas son de gente expuesta a pesticidas en el lugar de trabajo, tales como granjeros, trabajadores rurales, fumigadores y formuladores de pesticidas y trabajadores de fábricas de estos productos. Las exposiciones no ocupacionales y medioambientales son más relevantes a los riesgos para la salud de la exposición a la deriva. El presente trabajo reseña los riesgos de vivir cerca de áreas de cultivo o fábricas emisoras de pesticidas hacia el entorno, o de exposiciones hogareñas o comunitarias, sin incluir exposiciones ocupacionales de contacto directo o las de ingestión accidental o suicida.
El feto en desarrollo, los infantes y niños jóvenes son los más vulnerables a efectos sanitarios crónicos de la deriva. Claramente, ellos no intervienen por sí mismos en la exposición y son afectados por exposiciones no significativas toxicológicamente en un adulto. El lapso de tiempo entre la exposición y los efectos adversos crónicos es mucho más corto en los niños. No suelen tener otras exposiciones (por ejemplo, alcohol, tabaco, drogas prescriptas / recreacionales) que pueden tornar más difíciles de estudiar a los efectos adversos crónicos en adultos. Sin embargo, los adultos también son vulnerables, tal como lo demuestran los estudios citados a continuación.

Cáncer infantil: Los pesticidas son un factor de riesgo respecto de varios tipos de cáncer en niños. Entre los más altos se encuentra el uso parental hogareño de pesticidas, el cual puede incrementar el riesgo de leucemia más de 11 veces y el de padecer cáncer de cerebro más de 10 veces. La exterminación hogareña de plagas incrementa el riesgo de linfoma no-Hodgkin (LNH), leucemia, y tumor de Wilm.
Vivir en un establecimiento agrícola aumenta el riesgo de cáncer óseo y leucemia. Tener padres que son granjeros o trabajadores agrícolas incrementa el riesgo de cáncer de huesos, cáncer cerebral, sarcoma de tejidos blandos, y tumor de Wilms.

Cáncer en adultos: Para adultos, vivir en un área de cultivo donde se utilizan pesticidas aumenta el riesgo de LNH, leucemia, cáncer de cerebro, cáncer nasal, cáncer de ovario, cáncer pancreático, cáncer rectal en varones, sarcoma de tejidos blandos, cáncer de estómago y cáncer de tiroides en varones. Existe un estudio que demuestra un incremento de incidencia de sarcoma de tejidos blandos y cáncer tiroideo en hombres viviendo cerca de una fábrica emisora de contaminación aérea de pesticida.

Trastornos reproductivos: Los efectos sobre la reproducción son difíciles de estudiar ya que la madre, el padre y el niño en desarrollo se hallan todos en riesgo. La mayoría de estudios sobre trastornos reproductivos están hechos respecto de mujeres expuestas laboralmente durante el embarazo, o de hombres expuestos ocupacionalmente. Estar embarazada y vivir en un área de uso intenso de pesticidas aumenta el riesgo de padecer labio leporino y paladar hendido, malformaciones de reducción de miembros, y defectos del tubo neural, y cualquier tipo de malformación congénita. Aún si la madre no está expuesta a pesticidas, el desempeño del padre en trabajos agrícolas puede incrementar el riesgo de labio leporino/ paladar hendido, hipospadias, o cualquier tipo de malformación congénita.
                          
Muerte neonatal: La exposición medioambiental a pesticidas puede aumentar el riesgo de que los bebés nazcan muertos. Las madres que viven en áreas de utilización de pesticidas, o cerca de una fábrica de pesticidas, o que utilizan pesticidas en el hogar se hallan en riesgo incrementado.

Aborto espontáneo: Muchos pesticidas son embriotóxicos o fetotóxicos en animales, aumentando el riesgo de muerte prematura del embrión o feto en humanos. Un alto porcentaje de concepciones humanas normales termina en un aborto espontáneo, haciendo difícil el estudio de impactos de tóxicos medioambientales. Un período menstrual intenso o la falta de un período pueden no ser reconocidos, menos aún documentados, como un aborto espontáneo. Varios estudios muestran un incremento en el riesgo si el padre, no la madre, es expuesto a pesticidas en floricultura, en campos de algodón, o como un fumigador agrícola.

Trastornos de la fertilidad: Hubo mucho interés en los efectos de los pesticidas sobre la fertilidad, especialmente sobre los recuentos espermáticos. Los estudios disponibles al respecto se relacionan sólo con trabajadores ocupacionalmente expuestos. No hay ninguno relevante a exposiciones por deriva.

Enfermedad neurológica: La mayoría de pesticidas son neurotóxicos y pueden dañar el cerebro y los nervios. La enfermedad neurológica más frecuentemente vinculada con la exposición a pesticidas es la enfermedad de Parkinson, un trastorno de una zona específica del cerebro (los ganglios basales). La mayor parte de los estudios en humanos son de trabajadores expuestos ocupacionalmente, especialmente a herbicidas. Existen informes sobre mayor riesgo de Parkinson a partir de exposición hogareña, de vivir en un área rural, o del consumo de agua de pozo. Sin embargo, algunos estudios también describen reducción del riesgo o no asociación con residencia rural o uso de agua de pozo.
Un área de investigación emergente es el estudio de los pesticidas como factores de riesgo para otras enfermedades neurológicas tales como atrofia sistémica múltiple, esclerosis lateral amiotrófica y demencia senil o enfermedad de Alzheimer.

Los niños están expuestos a un mayor riesgo

Los fetos en gestación, los bebés y niños jóvenes son los más vulnerables a los impactos sobre la salud de la exposición a agrotóxicos. Los chicos todavía están creciendo y desarrollándose, y son menos capaces de detoxificar sustancias químicas tóxicas. Un dicho fundamental de la medicina pediátrica es que “los niños no son pequeños adultos”. Esta observación es especialmente relevante en la discusión de la exposición infantil a pesticidas. Los chicos están en riesgo frente a exposición de pesticidas de diferentes fuentes y a niveles diferentes que los adultos en un mismo escenario de exposición.
Los niños juegan sobre el piso y se llevan sus manos y objetos a la boca, pudiendo ambos estar recubiertos de una capa de polvo y suciedad contaminados con pesticidas.
En virtud de que los niños respiran más aire, comen más alimentos y toman más agua por kilo de peso corporal que los adultos, se hallan expuestos a cantidades relativamente mayores de pesticidas.
En un estudio, se constató que los niveles de organoclorados en la descendencia varían directamente con la edad de la madre, apuntando a la exposición materna histórica acumulativa como el mayor de los componentes del total de la exposición del niño. Para los chicos, la vía principal de exposición para estas sustancias es a través de la ingestión a partir de la leche y la dieta.


Informe de estadísticas empíricas

A causa de las observaciones realizadas acerca del cambio social producido en la localidad, en el marco del denominado boom de la soja, se efectúa el siguiente relevamiento de personas fallecidas, a fin de determinar de manera cualitativa los decesos producidos por cáncer y/o accidentes.

Año 2002
35 fallecidos:
3 de cáncer
1 muerte dudosa (asesinato/accidente)
1 muerta al nacer
30 otras patologías

Año 2003
31 fallecidos:
3 de cáncer
3 accidente
25 otras patologías

Año 2004
32 fallecidos:
4 cánceres
2 asesinatos
1 suicidio
21 otras patologías

Año 2005
44 fallecidos:
5 cánceres
1 suicidio
1 accidente
1 intoxicación por 24d o glifosato (no investigado)
36 otras patologías

Año 2006
51 fallecidos:
9 cánceres
4 accidente
2 muertos al nacer

Año 2007
39 fallecidos:
4 cánceres
2 accidente
2 al nacer
31 otras patologías
Estos datos reflejan que en el período comprendido entre los años 2002 al 2007 fallecieron 232 personas:

28 de cáncer
10 accidentes
4 al nacer
1 dudosa
2 asesinatos
2 suicidios

Se necesita saber cual es el promedio de personas fallecidas, en cuyo deceso haya podido influir el cambio social producido por el incremento del cultivo de soja transgénica.
De un total de 232 fallecidos corresponden 49 producidos por cáncer, accidente, muerte al nacer y dudosa. El resultado es que un 16% de decesos producidos en el periodo citado podría corresponder según las hipótesis al cambio social mencionados.